El proyecto, que la energética está construyendo junto a Bio-Oils, producirá combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO) a partir de residuos orgánicos, como aceites de cocina usados o desechos agrícolas, entre otros.
Una vez operativa, se espera que la planta pueda procesar 600.000 toneladas anuales (tpa) de residuos para la producción de hasta 500.000 tpa de biocombustibles de segunda generación.
La inversión en el proyecto ascenderá a unos 1.200 millones de euros y está prevista la creación de 2.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, durante las fases de construcción y operación.
Los biocombustibles se destinarán a sectores de la economía en los que la descarbonización y la electrificación es compleja, como son el transporte aéreo, el marítimo e incluso el transporte pesado por carretera.
Cepsa señala que esta planta permitirá “dar un paso de gigante” en la producción de moléculas verdes, con el objetivo de facilitar la descarbonización inmediata del transporte por tierra, mar y aire, logrando reducir hasta en un 90 por 100 las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales.
El acuerdo apoya el plan REPowerEU para aumentar la seguridad energética al reducir la dependencia de la Unión Europea de las importaciones de combustibles fósiles.
Además, la operación cuenta también con el apoyo del programa InvestEU, que pretende movilizar más de 372.000 millones de euros de inversión adicional en el periodo 2021-2027. 28/06/2024