Los trabajos, que abarcan una extensión de 75.000 metros cuadrados, se van a desarrollar en las áreas de conversión e hidrotratamiento, que se pusieron en marcha en 2012 tras el proyecto de ampliación de la refinería, y que supuso la mayor inversión industrial realizada en España, por valor de 3.200 millones de euros.
El presupuesto para el desarrollo de los trabajos asciende a 75 millones de euros, que servirán para realizar tareas de mantenimiento en los equipos, y poner en marcha nuevos proyectos dirigidos a incrementar la eficiencia energética de las instalaciones, avanzando en el objetivo de Repsol de ser una compañía cero emisiones netas en 2050.
El director de la refinería, Antonio Mestre, ha destacado que, del presupuesto total, cerca de 25 millones de euros se destinarán a inversiones relacionadas con la eficiencia energética y el medio ambiente. En concreto, se van a poner en marcha medio centenar de iniciativas que van a suponer un ahorro de 68.000 toneladas de CO2 anuales, lo que equivale a la absorción de un bosque con una extensión similar a 13.600 campos de fútbol.
Entre las nuevas inversiones, destacan la puesta en marcha de un nuevo compresor en una de las antorchas de la refinería, la instalación de un nuevo precalentador en el horno de la unidad de topping y la colocación de una nueva columna en la misma unidad, que permitirá incrementar la eficiencia de su operación. Estos proyectos forman parte de las líneas marcadas por Repsol en su Plan Estratégico 2021-2025 para avanzar en la transformación industrial y convertir la refinería en un polo multienergético.
Además de los nuevos proyectos, la parada va a permitir la inspección de 450 equipos, 1.640 válvulas, 192 torres y depósitos, 232 intercambiadores y 22 reactores. Destacan los trabajos de revisión y renovación que se van a realizar en la unidad de coker, la más grande de España, y que tiene una altura equivalente a un rascacielos de 36 plantas. En concreto, usando la última tecnología, se van a inspeccionar sus cuatro cámaras, con 41 metros de altura cada una.
Empresas auxiliares
La parada de mantenimiento, con una duración aproximada de un mes y medio, supondrá una media diaria de 1.200 trabajadores de empresas auxiliares, con puntas máximas de 2.000 personas. Para la ejecución de los trabajos, que se han planificado durante dos años, Repsol se apoyará en empresas auxiliares. De los 90 contratos de trabajo firmados, el 63% serán desarrollados por 35 empresas locales. Al personal externo hay que sumar los trabajadores propios de Repsol. A las 35 personas que han desarrollado la preparación de la parada, se sumarán, para los trabajos de ejecución, alrededor de 360 profesionales de la refinería, y otros 25 procedentes de diferentes centros industriales de Repsol.
La planificación ha estado acompañada de un plan de formación para todos los empleados involucrados, tanto internos como externos, que ha permitido impartir 30.000 horas formación específica.
De esta manera, la refinería de Repsol en Cartagena continúa siendo una de las industrias destacadas en su entorno por su capacidad para generar empleo y desarrollo social y económico.
Seguridad y formación
Para Repsol, la máxima prioridad es que los trabajos se realicen con garantías de seguridad y salud de las personas. Para ello, además de las medidas de seguridad propias del complejo industrial, se ha creado, como en anteriores paradas, un Grupo de Coordinación de Seguridad y Medio Ambiente formado por una treintena de profesionales de Repsol y de las empresas auxiliares que participarán en la parada. Este grupo contará con el apoyo de empresas especializadas en tareas específicas como, por ejemplo, los trabajos en altura o control de maniobras. Se trata de personal altamente cualificado, dedicado en exclusiva a estas tareas y con una dilatada experiencia. Además, y con motivo del Covid-19, se establecen las medidas preventivas oportunas para prevenir la salud de los trabajadores.
Repsol apuesta por Cartagena
La parada de mantenimiento se va a desarrollar en las áreas de conversión e hidrotratamiento. Estas unidades se pusieron en marcha en 2012, tras la mayor inversión industrial realizada en España, por valor de 3.200 millones euros. El proyecto de ampliación de la refinería, denominado C10, supuso un antes y un después no sólo para Repsol, sino también para Cartagena. En la construcción participaron 500 empresas y más de 20.000 personas.
Las nuevas unidades puestas en marcha han permitido situar a la refinería de Cartagena como referente europeo por su eficiencia energética y por su capacidad de destilación y conversión, aprovechando al máximo cada barril para la obtención de naftas, gasolinas, gasoil, querosenos, coque y aceites lubricantes. Esas unidades han sido sometidas a trabajos de mantenimiento de forma periódica, pero es ahora cuando paran de forma simultánea para poder realizar los trabajos de inspección reglamentarios y acometer mejoras que permitan incrementar la fiabilidad, la seguridad y la eficiencia energética de los equipos. El resto de las áreas de la refinería, como combustibles o lubricantes, continuarán funcionando con normalidad.
Esta parada se suma a la realizada este mismo año en el área de lubricantes, que contó con un presupuesto de 14,8 millones y en la que trabajaron una media de 400 trabajadores al día, llegando en momentos punta a los 500 profesionales.
El director de la refinería, Antonio Mestre, ha resaltado “la clara apuesta de Repsol por Cartagena y por mantener su refinería como un referente industrial, tecnológico, sostenible y competitivo” que permita seguir generando valor social y económico en la ciudad y la Región de Murcia, máxime en un momento difícil para muchos sectores como consecuencia de la pandemia. Mestre ha destacado que “sólo en paradas de mantenimiento, la compañía va a destinar este año en Cartagena más de 90 millones de euros”.
A este desembolso hay que sumar los 188 millones de euros que Repsol va a invertir en la construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados de España. La singularidad de este proyecto tiene que ver con la economía circular y la reutilización de materias primas recicladas para darles una nueva vida y convertirlas en nuevos productos de alto valor añadido, en este caso biocombustibles, que se podrán usar en cualquier coche, camión o avión, y cuyo uso reducirá las emisiones netas de CO2.
El director de la refinería asegura que con estos proyectos “Cartagena se posiciona a la vanguardia industrial, de la mano de Repsol, acelerando la transición energética y avanzando en el objetivo que nos hemos marcado de ser una compañía cero emisiones netas en 2050”. 29/09/2021