La nueva hoja de ruta lanzada por el grupo tiene como objetivo acelerar el proceso de transformación en compañía cero emisiones netas, pero manteniendo como pilares la generación de caja y una retribución atractiva para los accionistas.
Las inversiones en iniciativas bajas en carbono del grupo representarán un 30 por 100 del total, ascendiendo a los 5.500 millones de euros, con el foco especialmente puesto en su expansión internacional en este ámbito.
Así, la compañía apostará por la descarbonización de su cartera de activos y el desarrollo de un nuevo modelo operativo que pondrá de relieve sus actuales fortalezas para sumar nuevos pilares en los que se apoyará la compañía en el futuro como son el nuevo negocio cliente y la generación baja en carbono.
Al final del periodo, Repsol prevé que su resultado bruto de explotación (ebitda) supere los 8.200 millones de euros.
El consejero delegado del grupo, Josu Jon Imaz, ha señalado que “con este nuevo plan estratégico, basado en nuestras fortalezas, damos un paso significativo hacia el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas, siguiendo una ruta rentable y realista, con la que podremos crecer, maximizando el valor para nuestros accionistas y asegurando el futuro”. 26/11/2020