La energética lleva más de tres meses trabajando en este proyecto asociado a Sakakemang, que en 2019 se convirtió para Repsol en el mayor descubrimiento de gas en el país del Sudeste asiático de los últimos 18 años. Se trata de uno de los dos proyectos industriales de dimensión mundial de captura y almacenamiento de CO2 en los que avanza actualmente la petrolera, junto con el que está llevando a cabo en las proximidades de su refinería de Petronor para desarrollar una de las mayores plantas de combustibles sintéticos del mundo.
Aunque está aún en una fase embrionaria, el proyecto representa toda una novedad para el desarrollo de soluciones para el área de Upstream.
El proyecto consiste en la separación en una nueva planta del CO2 del gas natural extraído de la tierra y que, ya limpio, iría a la comercialización, mientras que el CO2 comprimido se inyectaría en un área situada en las proximidades del nuevo campo de producción.
Actualmente se trabaja en los sondeos para dibujar la estructura geológica del gas del yacimiento, que determinará dónde y cómo inyectar ese CO2.
En el desarrollo de esas tecnologías de captura y almacenamiento de CO2, la energética ha unido sus esfuerzos a sus socios en Oil & Gas Climate Initiative (OGCI), organización que está destinando a fomentar estas tecnologías más de la mitad de los 1.100 millones de dólares con los que está dotado su fondo de inversión.
Repsol operadora este yacimiento con una participación del 45 por 100 y cuenta en el proyecto con otros socios, como Petronas (45 por 100). 28/09/2020