En su primer estudio de la segunda fase del “Spending Review” comprometido con la UE, la AIReF señala que la equiparación entre ambos carburantes desencadenaría una caída de la demanda del diésel del 5,7 por 100, ya que su precio se elevaría un 7,72 por 100 respecto al actual.
El tipo especial para los dos es actualmente de 72 euros por cada 1.000 litros, pero difieren en el tipo general, que para el gasóleo es de 307 euros por cada 1.000 litros y, la gasolina, de 400,69 euros por esa misma cantidad, lo que supone una diferencia de cerca de cinco euros por un depósito medio de 50 litros.
La principal razón de este diferencial de tipos fue de política económica y de transporte, ya que trataba de proteger el sector del transporte por carretera a nivel comunitario, que se consideraba como estratégico y que era el principal usuario del gasóleo, estableciendo la propia directiva comunitaria un precio mínimo menor para este carburante.
Desde un punto de vista ambiental, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del diésel son inferiores a las provocadas por la gasolina. Sin embargo, en términos de dióxido de nitrógeno (NO2), un gas con potente efecto invernadero y que provoca relevantes perjuicios para la salud, investigaciones posteriores concluyeron que estas emisiones eran superiores.
A raíz de las intenciones manifestadas por parte de los legisladores de desincentivar el uso del diésel por contradecir los objetivos climáticos, pero sin que esto afecte al bolsillo de los consumidores, su uso ha caído en los últimos años a favor de la gasolina, lo que ha provocado un menor uso de este incentivo fiscal y un ahorro de 300 millones de euros para las arcas del Estado. 27/07/2020