De este modo, BP sigue los pasos de Repsol, que el pasado mes de diciembre anunció su objetivo de llegar a ser una compañía de cero emisiones netas en el horizonte de 2050, lo que convirtió a la española en la primera empresa del sector en asumir dicho compromiso.
Cumplir con este objetivo implicará para BP la eliminación de 415 millones de toneladas de CO2 equivalente en emisiones (MteCO2e) anuales, incluyendo 55 MteCO2e en emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones en todo el mundo, además de otros 360 MteCO2e en emisiones anuales del gas y el petróleo que produce la compañía británica.
BP quiere colaborar igualmente en la reducción de emisiones por parte de sus clientes, para lo que recortará al 50 por 100 para 2050 como muy tarde “la intensidad de CO2 en los productos que comercializa”, ofreciendo así a sus clientes más y mejores ofertas en productos de bajas emisiones.
Además, BP pretende instalar para 2023 medidores de metano en todas sus grandes estaciones de procesamiento de petróleo y gas para reducir así a la mitad la intensidad de este gas en sus operaciones.
"El presupuesto mundial de CO2 es finito y se está agotando rápidamente; necesitamos una transición rápida hacia el cero neto", ha asegurado Looney, para quien ya no es suficiente con un suministro energético asequible y confiable, sino que "también debe ser más limpio. Para lograrlo será necesario invertir billones de dólares en renovar el sistema energético mundial. Será necesario reinventar la energía tal como la conocemos”. 13/02/2020