La organización del congreso explica cómo la opinión pública y política se ha mostrado recientemente a favor de tomar medidas para mejorar la calidad del aire en las áreas urbanas, donde se han relacionado el óxido de nitrógeno y las emisiones de partículas con la salud de las personas. El transporte por carretera es una de las muchas causas de dicha contaminación, junto con la generación de energía térmica y las industrias.
A diferencia de los dos últimos, el transporte por carretera tiene el potencial de evolucionar rápidamente: la vida útil de un vehículo suele ser mucho más corta que la de las instalaciones de generación de energía y los activos industriales. Si bien algunas ciudades europeas han anunciado recientemente una prohibición estricta de los motores térmicos a largo plazo, se pueden contemplar otras medidas de transición para el transporte por carretera para mejorar la calidad del aire en las zonas urbanas.
Este objetivo se puede lograr de muchas maneras. En primer lugar, reduciendo la contaminación que surge de los vehículos diésel; los fabricantes están investigando motores con una mejor eficiencia y menores emisiones, y, de hecho, ya se ha visto la reacción del mercado de automóviles particulares, donde han aumentado las ventas de los automóviles de gasolina. Asimismo, también está en auge la oferta de vehículos eléctricos. Gracias a las mejoras en la tecnología de las baterías, los vehículos totalmente eléctricos están destinados a convertirse en algo común para el transporte particular. Actualmente, la previsión europea de ventas de vehículos eléctricos particulares para 2025 es de uno de cada tres vehículos.
A pesar de las buenas previsiones para el vehículo particular, aún existen desafíos para reducir las emisiones en el transporte de mercancías. El combustible para este tipo de transporte requiere una densidad de energía que no se puede obtener de la tecnología actual de las baterías. Del mismo modo, el hidrógeno no es viable a escala industrial por razones técnicas y económicas.
En este contexto, el gas natural y el gas natural licuado (GNL) tienen muchas ventajas para el transporte de mercancías por carretera. En primer lugar, existen beneficios ambientales obvios, ya que el gas natural emite un 20 por 100 menos de dióxido de carbono que el gasoil, prácticamente no contiene óxidos de nitrógeno, y no genera partículas.
En segundo lugar, el gas natural es técnicamente versátil como combustible para el transporte por carretera, ya que se puede usar como Gas Natural Comprimido (GNC) para viajes de corta y media distancia, o como GNL para camiones pesados de larga distancia. Los principales fabricantes de camiones están usando cada vez este tipo de gas comercializando tractores propulsado por GNL, donde su funcionamiento y rendimiento es igual que los propulsados por gasoil.
En tercer lugar, hay beneficios económicos clave. El gas natural es competitivo y está respaldado por mercados subyacentes maduros, especialmente en regiones como Europa y Estados Unidos, además, gracias a los mercados globales de GNL, que están en pleno crecimiento, cada vez tiene más apoyo por todo el mundo.
Por último, las regulaciones actuales también están apostando por este tipo de energías, mediante impuestos especiales frente a los del gasoil, e iniciativas regionales como el Corredor Azul de la Unión Europea que promueve la construcción de una red paneuropea de activos a pequeña escala de GNL y gas.
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06/09/2018