Según el director de Sostenibilidad, Tecnología y Previsión de la Agencia, Kamel Ben Naceur, las renovables deberán jugar un papel esencial en este proceso de transformación, ya que cerca del 60 por 100 de la electricidad generada en 2040 provendrá de este tipo de energías, y la mitad de este porcentaje será eólica y solar.
Ben Naceur describió durante su intervención los diferentes escenarios que la AIE contempla en torno a la evolución de la demanda y la oferta de energía, con previsiones hasta el año 2040. El escenario principal es el que se ajusta a los compromisos climáticos puestos sobre la mesa por unos 190 países de Naciones Unidas, que según el especialista “suponen un gran avance, pero el análisis muestra que son claramente insuficientes”.
De cualquier manera, será necesario llevar a cabo cambios estructurales en el diseño y el funcionamiento del sistema eléctrico para garantizar incentivos adecuados de inversión y para la integración de estas energías. La eficiencia energética y las energías renovables serán igualmente vehículos imprescindibles para la necesaria transformación del sector energético.
Aunque los combustibles fósiles, en particular el gas natural y el petróleo, seguirán siendo la base del sistema energético mundial durante décadas, la agencia señala igualmente que el sector energético internacional necesita impulsar un importante desarrollo en la utilización de las renovables en los sectores del calor y el transporte.
El informe destaca el periodo de gran volatilidad en el que está inmerso el sector petrolero y Kamel Ben Naceur señaló las inversiones en nuevos proyectos de crudo convencional en los años 2015 y 2016 han descendido a los niveles más bajos desde 1950 y, de seguir los recortes en 2017, “se necesitará un esfuerzo sin precedentes para evitar un desfase entre oferta y demanda dentro de unos años”.
Con respecto al gas natural, la AIE cree que comienza a vislumbrarse un mercado verdaderamente mundial y más flexible, con una tasa de crecimiento anual de la demanda del 1,5 por 100 hasta el año 2040. El desarrollo del GNL, que duplicará su consumo en las dos próximas décadas, será el catalizador para una segunda revolución del gas natural, con implicaciones de gran alcance en los precios y los contratos.
Por su parte, el Presidente del Club Español de la Energía, Borja Prado, destacó la importancia de los compromisos del Acuerdo de París, pero señaló que serán insuficientes para frenar el aumento de las temperaturas por debajo de los 2ºC. La Agencia señala que la validez y trascendencia de estos acuerdos dependerá de cómo los objetivos nacionales se vayan traduciendo en acciones políticas reales.
Por su parte, el presidente de Viesgo, Miguel Antoñanzas se refirió más específicamente al mercado español, destacando la necesidad de diálogo entre todos los agentes, incluyendo las empresas, para materializar los objetivos que se establezcan, en un contexto de eficiencia económica.24/11/2016