La situación ocasionada por la pandemia, que provocó una fuerte caída de los precios del crudo y del gas, ha tenido un impacto negativo de 1.048 millones de euros en los inventarios de la compañía.
Repsol, además, ha ajustado sus hipótesis de precios, lo que ha afectado al valor contable de sus activos de upstream, con un impacto de 1.726 millones de euros.
En este entorno, el resultado neto ajustado, que mide específicamente el desempeño de los negocios, fue de 196 millones de euros, cifra que incorpora los efectos de las medidas adoptadas en el inicio de la pandemia, que han permitido que el resultado neto ajustado del tercer trimestre mejore en 265 millones de euros el resultado negativo de 258 millones de euros del trimestre anterior.
La compañía destaca que este resultado constata ya una mejoría a partir del tercer trimestre y mejora las estimaciones de los analistas.
El pasado mes de marzo Repsol puso en marcha un Plan de Resiliencia para hacer frente al Covid-19 para reforzar la generación de caja y fortalecer el balance. A finales del tercer trimestre ha revisado los objetivos para el año, aumentando su estimación inicial de reducción adicional de los gastos operativos hasta los 500 millones de euros, el recorte de las inversiones hasta los 1.200 millones y la optimización del capital circulante en cerca de 700 millones, frente a los 450 millones de reducción de costes y 1.100 millones de recortes de la inversión revisados ya en julio.
A cierre del tercer trimestre, la compañía ya había conseguido reducir los gastos operativos en más de 350 millones y optimizado el capital circulante en más de 400 millones. 29/10/2020