Repsol explica que su beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios, ya que excluye el efecto contable del valor de los inventarios y los resultados específicos, se situó en 1.115 millones de euros, en línea con los 1.132 millones del periodo equivalente de 2018.
Los resultados del primer semestre se han obtenido en un contexto de precios de las materias primas inferiores a los registrados entre enero y junio de 2018, con márgenes internacionales de refino extraordinariamente bajos y con la producción de Libia suspendida durante, prácticamente, la mitad del semestre, “lo que muestra la capacidad de resiliencia y creación de valor ante cualquier escenario”.
El área de upstream logró un resultado de 646 millones de euros, casi igual a los 647 millones del ejercicio anterior, gracias a las medidas de eficiencia implementadas por la compañía. Como hitos más relevantes del periodo en este negocio, la compañía destaca el descubrimiento Sakakemang, en Indonesia, y la puesta en producción de Buckskin, en el Golfo de México estadounidense.
El área de downstream obtuvo un resultado de 715 millones de euros, con un mejor comportamiento de los negocios de Química, Trading y Repsol Perú.
Comprometida en la lucha contra el cambio climático, Repsol apuesta por “una transición energética eficiente y sostenible”. La compañía señala que está dando pasos importantes para ser un actor clave en esa transición, evolucionando sus negocios tradicionales, reduciendo sus emisiones y creciendo como operador multienergía. 24/07/2019